miércoles, 9 de noviembre de 2011

Me gusta House. Y te lo puedo demostrar. (Una historia de terror de Ruleta Rusa)

Esta bonita historia que os voy a contar, ocurrió hace dos veranos. Marc dice que tres. Si contamos este verano como hace un verano, serían tres, pero yo me refiero directamente al anterior, quicir, que fue en 2009. En verano.

Estábamos vendiendo (Mentira, no se vendía NAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAADA) en una fiesta de moteros en Badalona. ¿Por qué? Bueno, ¿Por qué no? (listooooooooooos!!!). Perdimos toda la mañana sentados ahí sin hacer prácticamente nada, y nos dieron de comer BUTIFARRA. Me acabo de acordar.

La cosa es que a eso de las 5 de la tarde, con todo el sol intentando asesinarnos y la poca gente que había distraída con un conciertillo, se nos acerca UN TIPO. Uno de esos que a medida que van viniendo, ves claramente que no quiere nada de lo que tienes, sólo viene a comerse tu alma hacerte perder el tiempo. Este ser se nos aproximaba (mirad cuántos sinónimos sé!) tambaleándose cual zombi, delgaducho, con un peinado horriblemente indescriptible e indescriptiblemente horrible, y con una camiseta verde kiwi que rezaba "Estos dos se casan". Esa camiseta destinada a ser usada un solo día en la historia del universo, y por compromiso. Pues estaba desgastada, puede que fuera de la boda de sus padres (que posiblemente sean hermanos), qué se yo.

Y empezó a mirar las chapas, hasta que vio nuestra mítica chapa de "IT'S NOT LUPUS"
(Vaaaaaaaaaale, lo de "nuestra" es relativo también, pero joder, ¿me meto yo con vuestras mierda de chapas? ¿No, verdad? Pues a callarse). En ese momento, en su pequeño cerebro moribundo saltó un resorte (esto me lo estoy inventando yo para darle dramatismo) que le hizo decir una frase que os sorprendería sobremanera si no fuera porque es el título de la historia:

"Puesh a mí me gushta Houshe. Y te lo puedo demoshtrar."
(Es como hablaría Rajoy si fuera subnormal -marc dice que ponga retrasado, pero me parece demasiado respetuoso)

"¡Vale vale, nos lo creemos, no hace falta que nos demuestres nada!", dijimos a nuestro autista visitante, que ajeno a nuestros ruegos procedió a insertar su mano en la ranura de su pantalón de chándal adidas (azul con tres líneas blancas) y sacó su teléfono móvil. Y nosotros, como no teníamos nada mejor que hacer, y no íbamos a abandonar nuestras cosas a su suerte delante de aquel engendro de satán, así que esperamos a ver qué cojones hacía. Tras un tenso minuto de espera, nos mostró su teléfono finalmente, en el que pudimos ver que ponía "HOUSE M.D.", y dijo:

"esh el juego de Houshe".

Creo que le dijimos algo como "entonces cómprate la chapa", y negó con la cabeza sin mirarnos. Siguió viendo las chapas y llegó a las de Zangief y Gayl. Se paró, nos miró, las miró y nos volvió a mirar. Fui a decir algo otra vez, pero él abrió la boca y pronunció las siguientes palabras:

"A mí me gushta Vega. Y osh lo puedo demoshtrar."

Y volvió a enseñarnos otra vez el móvil, con la imagen de Vega de la pantalla de selección del Super Street Fighter 2 Turbo. Tras esto acabó de ver las chapas, y sin decir nada, se fue no muy lejos de allí. Volvió un par de veces, pero conseguimos no entablar ninguna conversación con él hasta hasta que finalmente se largó, todo acabó, y nos fuimos a casita.

FIN.

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